lunes, 1 de octubre de 2012

WAFFLES CASEROS

Seguro muchos de ustedes cuando van a desayunar a una cafetería o están de viaje, siempre se encuentran con una gran variedad de panes, crepes y galletitas para todos los gustos. Generalmente en estos increíbles desayunos, nunca faltan los clásicos waffles con miel de maple y uno siempre se queda con las ganas de comer más o de prepararlos en sus casas. He aquí la solución a este antojo.
La receta de los waffles es muy fácil de hacer y esta receta puedes compartirla con tu familia, ya que salen un montón. Lo único que necesitas es una wafflera que puedes conseguirla en cualquier tienda por departamento o de electrodomésticos.
Este pequeño antojo, mejorará este lunes que parece domingo.




Ingredientes:

  • 2 tazas de harina preparada
  • 1 cucharadita de sal
  • 4 cucharaditas de polvo de hornear
  • 2 cucharadas de azucar blanca
  • 2 huevos
  • 1 1/2 de leche tibia
  • 1/3 de taza de margarina derretida
  • 1 cucharada de estracto de vainilla

Preparación:

En un bowl grande, mezclar los ingredientes secos, es decir , la harina, la sal, el polvo de honerar y el azúcar blanca. Una vez integrados todos los ingredientes, poner a un lado el recipiente.
En otro recipiente, batir los huevos hasta que la yema y la clara se hayan mezclado muy bien. Agregar la leche, la vainilla y la margarina derretida, batir unos minutos más. Esta preparación agregarla a la mezcla de los ingredientes secos anterior. Con una espátula integrar muy bien ambos, para que no queden grumos.
Prender la wafflera y dejarla calentar un rato. Con un cucharón, poner la mezcla de los waffles sobre las placas y cerrar para que se cocine la masa. Esperar hasta que estén bien dorados.

Una vez hechos, estos waffles combinan bien con cualquier salsa o frutas. Con chocolate, miel, manjar blanco, mermelada... todo queda a su imaginación y a sus ingredientes favoritos.

No pueden dejar de hacerlos y lo mejor es que si no los quieren comer todos en un solo día, los pueden guardar en bosas Ziploc y congelarlos. Cuando los quieran comer, tal vez un día después del trabajo, los pueden meter al horno o a la tostadora.

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